emoción negativa que el niño experimenta ante un objeto o un acontecimiento que se considera peligroso para él mismo o para los demás. El miedo viene provocado por la sensación de no tener los recursos necesarios para enfrentarse a él o evitarlo.
EL MIEDO EN LOS NIÑOS ES ALGO POSITIVO
El miedo en realidad es algo positivo, se trata de una respuesta de supervivencia. Si no sintiéramos miedo, no habría conciencia de peligro y correríamos un gran riesgo. Gracias al miedo evitamos muchas situaciones peligrosas, que pueden poner en peligro nuestra seguridad o nuestra vida.
El miedo en los niños es un fenómeno natural y frecuente, y en principio, no indican ningún tipo de problema psicológico. Son más habituales en esta etapa, de 2 a 8 años, porque se cuenta con pocos recursos físicos y cognitivos para enfrentarse a los estímulos que los pueden provocar y que pueden ser una amenaza para ellos.
QUE FAVORECE EL MIEDO EN LOS NIÑOS
Aunque es una reacción natural, hay determinadas circunstancias que favorecen la aparición de miedo en los niños.
Qué los padres sean temerosos y se angustien con facilidad. Los niños aprenden por imitación este modelo de respuesta ante objetos y circunstancias que pueden ser una amenaza.
Dificultades para distinguir entre realidad y fantasia.
Estar expuesto a determinadas escenas o estímulos como ver películas de terror, Todo ello favorece que el niño sienta temor.
se pueden producir acontecimientos que despiertan temores: sufrir un accidente de tráfico, la enfermedad o fallecimiento de un familiar o conocido, noticias de catástrofes, de robos, agresiones.
Los padres reaccionan de manera inadecuada ante los temores de sus hijos contribuirán a que el miedo permanezca o se acreciente: mostrar un alarmismo desproporcionado, ridiculizar al niño por sus miedos, amenazarlo precisamente con aquellos estímulos que le producen temor o la indiferencia total hacia los sentimientos del niño o niña.
LOS MIEDOS MÁS HABITUALES
La lista de miedos en la infancia es casi interminable. En gran parte depende de las propias experiencias que vivan.
El miedo a la oscuridad es el más frecuente de todos y aparece hacia los 4 años, se repite a los seis y puede volver a aparece en otros momentos del desarrollo.
El miedo a separarse de sus padres también aparece en diferentes etapas: algunos autores hablan que aparece al año, a los dos años, más tarde entre los 7 y 8 años.
Otros miedos frecuentes en los niños y niñas se refieren a los animales, en torno a los 6 años, y a la muerte y enfermedad, hacia los seis años, a las tormentas, lluvia, viento, terremotos, también hacia los 6 años.
También existen entre el miedo a los globos, a las aglomeraciones, a máscaras y disfraces, a los payasos…
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